Limpieza alfombras con recogida a domicilio en Madrid
Limpieza alfombras llevamos trabajando en el sector más de 30 años y nos reciclamos continuamente, lo que le certifica la seguridad de contar con una empresa líder en la limpieza y conservación. Trabajamos con productos respetuosos con el medio ambiente y contamos con las maquinarias más actualizadas para conseguir los resultados más óptimos, preocupados con el máximo respeto a la naturaleza y los mínimos consumos. Los servicios de recogida y la entrega, así como el de almacenaje en verano (bajo petición) son totalmente gratis para nuestros clientes.
Listado de precios limpieza de alfombras:
- Limpieza de alfombras tradicional 10 € /m2
- Limpieza de alfombras de piel 32,50 €/m2
- Limpieza tapiz 15,40 €/m2
Opción de almacenaje en temporada (bajo pedido). Gratuito. Restauración y reparación de alfombras según presupuesto. La mejor limpieza y desinfección para su alfombra.
Procedimientos profesionales para la limpieza de alfombras
Dependiendo del tipo de alfombra y de los diferentes materiales de que este compuesta, se procederá a aplicar un tipo de limpieza u otro. Básicamente se aplican tres diferentes sistemas de limpieza, que son los siguientes: limpieza con agua, limpieza en seco y limpieza química.
Nosotros recepcionamos su alfombra, y en este mismo momento hacemos una inspección ocular, en caso de observar alguna incidencia se lo hacemos saber en este mismo instante. Posteriormente cuando llegan a nuestro taller, volvemos a hacer una revisión más exhaustiva e inmediatamente todas ellas pasan por la maquina sacudidora y aspiradora con vibración.
Este momento es en el que son sacudidas para la expulsión del polvo que contienen y aspiradas para la eliminación de sus partículas, tales como el polvo, pelusas, tierra, pequeños plásticos procedentes de juguetes, insectos, etc., así todo material solido que se encuentre en la felpa de la alfombra es eliminado y almacenado en las bolsas de aspiración.
Posteriormente a este proceso, las alfombras están listas para ser manipuladas, y en este instante se clasifican para ser tratadas en el proceso optimo y adecuado para la aplicación de la limpieza que se aplicara a cada una de ellas.
Es en este momento cuando es especialmente interesante conocer los diferentes tipos de alfombra, y no queremos dejar pasar la ocasión para hacer una breve introducción al mundo de la alfombra. Conocer las diferentes características y peculiaridades de los distintos materiales empleados en la morfología de las alfombras es de suma importancia para decidir su adquisición en función de su ubicación y uso. En esta directriz le presentamos las diferentes alfombras según la composición de sus materiales y que se dividen en tres grandes áreas: naturales, sintéticas y artificiales.
Limpieza alfombras naturales
son alfombras elaboradas con materiales naturales, esto es que, en su morfología disponen de fibras de origen natural, ya sea animal, vegetal o mineral. En la clasificación de alfombras naturales están las alfombras de piel, bambú, lana, algodón, yute y sisal.
Alfombras de lana: las alfombras de lana conservan la temperatura, ya sea con calor o frío, y tienen la propiedad de regular la humedad ambiental. Son antiestáticas, antibacterianas y antialérgicas. Se usan en ambientes de interior. Están especialmente indicadas para zonas de uso alto a moderado ya que sus hilos tienen la propiedad de recuperar su forma original.
Las alfombras de algodón: las alfombras de algodón son resistentes a altas temperaturas y ofrecen una gran capacidad de absorción de la humedad, lo que las convierten en óptimas para cuartos de baño. No acumulan electricidad estática.
Las alfombras de yute: Las alfombras compuestas totalmente de yute no son muy resistentes al desgaste, por lo que se recomiendan para zonas de tránsito reducido. Sus tonos naturales en beige y marrón unido a su aspecto rustico, las hacen especialmente agradables en zonas de ambiente rústico. No son resistentes a la humedad por lo que se recomienda su uso para lugares secos y de interior.
Las alfombras de sisal; las alfombras de sisal son muy duraderas, resistentes al desgaste y antiestáticas. Absorben el sonido por lo que se recomiendan en lugares ruidosos. No son aptas para lugares húmedos por lo que está desaconsejado su uso en exterior o zonas de baño. Son ideales para zonas de interior con alto tránsito como pasillos y salones de uso diario.
Las alfombras de bambú: el bambú es un material cálido y sostenible que, una vez seco, es muy resistente a la torsión. Al no tener pelo, recogen poco polvo y son antialérgicas. Las alfombras de bambú son muy resistentes, por lo que se pueden ubicar en zonas transitadas, habitaciones y salas de estar.
Sus características las hacen fáciles de mantener y limpiar, sin embargo, hay que tener cuidado con las manchas porque pueden ser difíciles de tratar y evitar las zonas muy húmedas como el baño o donde puedan caer residuos como la cocina.
Alfombras sintéticas
Las alfombras sintéticas se llaman de esta manera por el origen industrial de sus materiales, así como su fabricación. Los materiales sintéticos se obtienen tras varios procesos de síntesis químicas y mecánicas hasta convertirse en las fibras e hilos que posteriormente se usan para tejer. Entre ellas podemos encontrar las alfombras de polipropileno, poliéster, poliamida y acrílico.
Alfombras de polipropileno: las alfombras de polipropileno son resistentes al desgaste y al aplastamiento, no absorben agua y sus colores son sólidos. Una de sus principales características es que son de fácil limpieza. debido a su dureza, pueden usarse tanto en interiores como en el exterior, siempre que el soporte de la alfombra no esté realizada con yute. Dentro de todos los tipos de fibras sintéticas, el polipropileno es la más económico, y, por ello, uno de los más usados.
Alfombras de poliéster: las alfombras de poliéster combinan las características de varios tipos de fibras ya que son muy resistentes y agradables al tacto. Por ello las alfombras de pelo largo, también denominadas de estilo shaggy, suelen estar realizadas con tejido de poliéster. Sus inconvenientes son que pueden decolorarse con el tiempo y no son resistentes al calor directo.
Alfombras de poliamida o nylon: las alfombras de poliamida, también denominadas alfombras de nylon, son las más resistentes dentro de todos los tipos de fibras sintéticas. Usualmente se mezcla la composición de estas alfombras con fibras de lana para unir las bondades de ambos tipos de tejidos.
Alfombras acrílicas: las alfombras acrílicas son de aspecto muy similar a la lana. Tienen gran resistencia a la luz y a la decoloración. Son de larga duración y no absorben la electricidad estática. Se pueden utilizar en zonas de alto uso ya que recuperan su forma fácilmente.
Alfombras vinílicas: las alfombras vinílicas son muy resistente al desgaste y al aplastamiento. Al no estar elaboradas con pelo, no acumulan electricidad estática. Son antibacterianas y antialérgicas. Pueden ser utilizadas tanto en zonas exteriores, como en cocinas, ya que no absorben la humedad y son de muy fácil limpieza, por ello se pueden emplear en zonas de cocina o mascotas.
Alfombras artificiales
las alfombras artificiales se elaboran por medios químico‐mecánicos a partir de componentes que se encuentran en la naturaleza como la celulosa o la caseína. Entre ellas encontramos las alfombras de viscosa, rayón y fibro-lana. Alfombra de viscosa o rayón: Las alfombras de viscosa o rayón son muy suaves, brillantes y luminosas, por lo que se asemejan a la seda. Son Ideales para dar de elegancia a los ambientes. No son aptas para lugares húmedos. Como decíamos, las alfombras son clasificadas en función del proceso de limpieza que se les aplicará posteriormente.
Lavado al agua: Es el principal proceso de limpieza, el que más y mejor limpia las alfombras de todo tipo de suciedad, manchas y rozaduras, siempre que sea posible en función de las características de la alfombra, así se inicia el tratamiento a aplicar.
El lavado al agua se aplica con nuestras máquinas de lavado de alfombras, donde los carros de cepillos con sensores detectan la alfombra y en función del ella, ajustan la presión de los cepillos sobre el afelpado, la velocidad de desplazamiento de la alfombra sobre la mesa transportadora y el volumen de agua necesario.
Limpieza en seco: Se utiliza fundamentalmente para alfombras de seda o lana hechas a mano, kilim, persas, o en las que existan problemas de solidez del color en el proceso al agua. Las alfombras se lavan en las máquinas de limpieza en seco convencionales, pero de gran tamaño, y se les aplica un proceso a dos baños con filtrado y jabones reforzantes y antiestáticos en el segundo baño de disolvente. Algunas manchas que no han sido eliminadas previamente, pueden quedar fijadas permanentemente en la alfombra en este proceso, así es fundamental detectar y eliminar todas las manchas antes de la limpieza en seco.
Limpieza química: Conocida comúnmente como espuma seca, hay diferentes formas de aplicación, desde maquinas rotativas y aspiración en húmedo, a sistemas de inyección-extracción. Es el proceso de menor poder de limpieza, aunque varía según los sistemas empleados.
Se aplica exclusivamente cuando no es posible utilizar ninguno de los sistemas anteriores, en esta ocasión cuando se usa, en alfombras especiales, o moquetas pegadas al suelo que no se pueden desmontar. Este sistema se usa también para la limpieza de tapicerías a domicilio. Posteriormente y en función de las necesidades del cliente se pueden aplicar tratamientos anti ácaros y anti bacterias, con productos certificados por sanidad, y utilizando en todo momento productos respetuosos con el medio ambiente.
Después de realizar este proceso, las alfombras pasan a la sala de secado, donde se secan con tempera constante, y una vez secas terminamos con embalaje de protección y seguridad. En nuestros almacenes, si el cliente lo solicita, guardamos en temporada de forma gratuita hasta el año en curso. En caso de solicitarse por el cliente disponemos de servicio de restauración para roturas, cambio de flecos, etc. Y finalmente llega el momento de la entrega a domicilio, para que nuestros clientes disfruten sus alfombras con total seguridad y limpieza.
Técnicas anudado, orla y flecos en alfombras orientales
Las técnicas de anudado difundidas en Oriente son principalmente dos: el nudo asimétrico, llamado nudo persa, senneh o farsibaft, y el nudo simétrico, conocido como nudo turco, ghiordes o turkbaft. La elección de uno de los dos sistemas de anudado está ligada a costumbres locales. Realizamos ambos sobre dos urdimbres antiguas, los dos nudos no son siempre fáciles de distinguir el uno del otro. Su diferencia más clara consiste en el hecho de que, mientras que en el nudo simétrico ambas urdimbres están completamente cerradas, por el hilado de lana, en el asimétrico una de las urdimbres queda libre.
Junto a estos dos, los más extendidos, aparecen, en localidades geográficas muy definidas, otros tipos de nudos, que se pueden encontrar también en alfombras muy antiguas, como los fragmentos de lopNor y de Fostar; la opiniónmás extendida es que representan antiguos sistemas de anudado, posteriormente superados por los métodos anteriormente descritos.
Recordemos especialmente los nudos español, y el llamado nudo tibetano realizado con el auxilio de delgadas baquetitas sobre las que se enrolla el hilado de lana que formara el pelo. A fin de ahorrar material y y acortar el tiempo de anudado, en ocasiones se aplica la variante jufti: según este procedimiento, los nudos, tanto el simétrico como el asimétrico, se realizan sobre cuatro urdimbres.
La orla y los flecos
La robustez y calidad de una alfombra están determinadas, aparte de por un correcto anudado, por un acabado apropiado de las partes perimetrales: las orlas, paralelas a la urdimbre, y los flecos, paralelos a la trama, siendo estos partes extremadamente vulnerables, requieren de la ejecución de sistemas de protección.
Los flecos no son otra cosa que la continuación de la urdimbre: por ello es preciso hacer que los nudos no puedan deshilacharse saliéndose a lo largo de aquellos, teniendo presente además que son la parte de la alfombra más sometida a desgaste.
Para evitar este inconveniente se recurre a técnicas diversas, que pueden variar según la costumbre de los tejedores y de los usos locales, La más simple consiste en anudar las urdimbres reunidas en un atadillo, o en entrelazarlas en trenzas aparte de sección plana. redonda o cuadrada; está extendida también una técnica de cinta continua. Otras veces se termina la alfombra con una banda de tejido plano, a menudo ornado con primorosos bordados.
También son diversas las técnicas para dar solidez a las orlas, cuyas modalidades dependen de las costumbres locales. Junto a las urdimbres normales se preparan en posición marginal una o más urdimbres de espesor mayor, compuestas por más urdimbres normales juntas. En el curso del trabajo la trama pasa alrededor de estas urdimbres suplementarias envolviéndolas.
Se acostumbra a distinguir la orla plana, en la que las urdimbres marginales son numerosas y están envueltas por tramas con un movimiento en ocho, de la orla redonda, en la que la urdimbre marginal es única y consistente. A menudo, como acabado ulterior, una vez terminada de tejer la alfombra, se refuerzan las orlas con un cordón de lana resistente.
Los materiales: lana, algodón y seda en alfombras orientales
Los materiales útiles para la composición de una alfombra, la lana, el algodón, la seda y otras fibras, se eligen en base tanto a las distintas exigencias que se presentan de vez en cuando como a su disponibilidad en los lugares de producción. entre los materiales usados ocupa el primer lugar la lana, disponible en abundancia en todo Oriente.
La naturaleza y la calidad de la fibra están ligadas a múltiples factores: la raza de los animales y el clima en que se crían, su alimentación, la edad y la parte del cuerpo de la que procede. Así la lana mejor es la del lomo y de la espalda, mientras que la fibra más a preciada, llamada cork, se obtiene de los corderos de siete a catorce meses, o bien del hilado del pelo de la cabra. Tras el esquileo, que tiene lugar en los meses de primavera, la lana se lava, se carda y se hila. La tradicional hilatura manual con huso o devanadera está extendida todavía en nuestros días y se trabaja con ella según las diferentes costumbres locales.
El estudio de los hilados realizado por limpieza de alfombras es a menudo útil para identificar la procedencia de una alfombra: convencionalmente si el hilado se efectúa haciendo girar el huso en el sentido de las agujas del reloj se denomina en Z en caso contrario en S. además de la lana de oveja se utilizan a menudo en Oriente la de cabra y la de camello.
Para la confección de alfombras se usa además ampliamente el algodón, que se obtiene de la fina pelusilla que reviste las semillas de la especie del género Gossypium. Más difícil de cardar e hilar que la lana, era usado en el pasado únicamente para las alfombras de mayor calidad. La introducción, desde comienzos del siglo XIX, del sistema de hilatura mecánica ha contribuido posteriormente a generalizar su uso.
El más precioso de los hilados aportados para confeccionar las alfombras es la seda, que la directiva de la CEE la define como fibra que procede exclusivamente de capullos de los insectos sericígenos, aunque también se admite como fibra de proteína natural (fibroína) segregada por el gusano de seda (Bombyxmori), que por su elevada resistencia a la tracción permite conseguir hilados resistentes y finísimos; la que se usa en oriente procede generalmente de China.
La urdimbre y la trama de las alfombras están realizadas generalmente de lana o algodón; la lana esta más extendida entre las poblaciones nómadas, el algodón es la producción de las ciudades o pueblos. No es inusitado, además, para ejemplares de gran finura y calidad, encontrar en urdimbres más raramente, tramas de seda. Para el pelo de las alfombras se recurre a suaves hilados de lana. El algodón, por su opacidad y escasa resistencia al desgaste, no aparece sino casualmente en el anudado; en cambio la seda , por su brillantez, se presta perfectamente para formar la aterciopelada superficie de las alfombras, pero su elevado coste hace que su uso este limitado a pocos y refinados ejemplares.
Los telares y la estructura de alfombras orientales
Los telares
La industria para el tejido de alfombras se localiza tradicionalmente a oriente, era efectuada prácticamente en telares de madera, y esa estructura se ha conservado prácticamente intacta hasta la actualidad, a pesar del paso del tiempo, ha continuado hasta nuestros días.
Los telares más comunes son los de estructura horizontal y de estructura vertical, en el primer caso fue el más difundido entre las poblaciones nómadas por el hecho de que resultaba más fácilmente desmontable y transportable incluso con una alfombra en proceso de elaboración, consiste en dos enjulios, equidistantes del suelo, dispuestos paralelamente y mantenidos en posición de piquetes; entre estos se extiende la urdimbre, la estructura de la base de la alfombra, que para que pueda permitir el paso de la trama, es levantada alternativamente por dos lizos.
Estos se hayan suspendidos en trípodes madera móviles, compuestos por palos en punta fijados en el suelo. Las tejedoras trabajan agachadas, sobre una tabla de madera que pasa bajo la urdimbre, y van adelantándose a medida que el trabajo avanza.
El telar vertical que precisa de una pared de apoyo, es usado en las instalaciones fijas. Dos gruesas pesas verticales sostienen los enjulios destinados a enrollar la urdimbre. El lizo que eleva alternativamente la urdimbre es una barra horizontal de posición variable. Los dos enjulios están regulados de manera que puedan dar a la urdimbre el justo tenor de tensión, con frecuencia el menor puede rodar sobre el mismo envolviendo el trabajo ya realizado, permitiendo así al tejedor mantener invariable su posición. Si el telar es fijo el tejedor deberá, contrariamente, cambiar de posición conforme avance el trabajo, elevando al máximo la banqueta sobre la que se sienta.
La estructura
Tres son los componentes estructurales de una alfombra: urdimbre, trama y nudo. La urdimbre se teje longitudinalmente a todo lo largo de la alfombra y forma los flecos: la trama pasa longitudinalmente arriba y abajo los hilos de la urdimbre, separados por el accionar de los liceros.
La trama y la urdimbre forman por si solas un tejido, no una alfombra: el punto fundamental de la estructura de la alfombra es, el nudo. Suspendidos en lo alto del telar o bien apoyados en el regazo de quien realiza el trabajo con telar horizontal, hay numerosos ovillos de lana de diferentes colores preparados para el anudado: el tejedor sujeta una punta entorno a dos hilos de la urdimbre, según una técnica muy precisa, luego corta le hilo con un golpe muy seco, las dos puntas del nudo, en la lana mullida y poco rizada, se abren suavemente en mechones generando la compacta superficie vellosa que se llama pelo.
Los nudos se realizan horizontalmente a lo largo de toda la alfombra, cada vez que se completa un recorrido de nudos se pasan las tramas, acercando o alejando el lizo inferior de modo que cambie el paso de la urdimbre; cada vez que se completa un recorrido de nudos se pasan las tramas, acercando o alejando el lizo inferior de modos que cambie le paso de la urdimbre.
A continuación se procede a su peinado con el oportuno peine, de madera o de metal, para apretar estrechamente los recorridos de los nudos y hacer compacto el tejido. La cantidad de pasadas entre un recorrido y otro de nudos es una de las características que, por un lado ayudan a identificar la zona de procedencia de una alfombra y, por el otro ayudan a conferirle una mayor o menor robustez.
Variando los colores de los nudos, se define le diseño de la alfombra; este a veces se ejecuta de memoria, en tanto que otras, por su complejidad, requiere la preparación de un esquema sobre papel cuadriculado o bien la existencia de un pequeño patrón. Para que el diseño se haga evidente es necesario aun proceder a otra operación, la del rasurado, que consiste en igualar las puntas de los nudos dejándolas de la misma largura con unas tijeras curvas especiales.
La tintura de los hilados en alfombras orientales
Los mordientes
Mordiente procede del latín mórdere, que significa morder, apresar o agarrar, y esto es lo buscamos cuando buscamos fijar los colores a las fibras de una alfombra; esto es fijar las partículas colorantes de forma permanente a la morfología de las fibras que componen la alfombra.
Limpieza de alfombras confirma que de las operaciones necesarias para la confección de una alfombra, la tintura de los hilados, realizada a menudo según procedimientos muy complejos, es la más determinante para el efecto decorativo final. En oriente los sistemas tradicionales de tintura se basan en el uso de sustancias naturales.
Aunque desde principios del siglo XIX hicieron su aparición también en estos países los colorantes sintéticos. Para facilitar la fijación del color, la tintura debe de estar acompañada de una adecuada mordedura, ligada a la elección del mordiente, que se puede realizar antes o después de haber teñido la lana o bien añadiendo mordiente al baño colorante.
En oriente el mordiente más común, tanto en la antigüedad como en nuestros días. es el alumbre, que se presenta en forma de gruesos cristales translucidos y que se usa para preparar una solución en la que se sumergen y hierven las madejas de lana a teñir.
El alumbre tiene el mérito de no comportar variaciones de tono en el color elegido, sino que se limita a acentuar su intensidad. Un segundo mordiente de uso común es el óxido de hierro, presente en muchos países orientales: aplicado en soluciones concentradas a las lanas ya entintadas, fija su color, oscureciéndolo, sin embargo, mucho. Otros mordientes se añaden directamente al baño colorante, como en caso del clorato de estaño, a temperatura ambiente es un líquido incoloro, que se evapora en contacto con el aire, dando un olor punzante.
Fue descubierto por Andreas Libavius (1550-1616) y era conocido como «spiritusfumanslibavii» y el sulfato de cobre que es la sal del ácido sulfúrico y del cobre, formada en el segundo grado de oxidación. Este compuesto inorgánico tiene la forma de un polvo cristalino e inodoro que absorbe agua de manera excelente. El sulfato de cobre anhidro es blanco y se vuelve azul solo cuando se combina con moléculas de agua. Puede disolverse en metanol; en su forma anhidra, no se disolverá en etanol.
Debido a sus propiedades fuertemente cáusticas e higroscópicas, el sulfato de cobre se clasifica como una sustancia extremadamente peligrosa, tóxica y no biodegradable. El uso de esta sal requiere precauciones especiales. Cualquier fuga de una solución de CuSO 4 o un derrame de su polvo en condiciones no controladas provoca contaminación ambiental; y ambos compuestos confieren al color matices amarillos y azulados.
A estos procedimientos, que podemos definir directos, es preciso añadir otros, indirectos, pero no menos importantes; contribuyen a mejorar la mordedura delas lanas, por ejemplo, el ácido tánico, que se halla contenido en muchas sustancias colorantes naturales, o bien las partículas de estaño o de cobre que, durante la ebullición, se desprenden de las calderas usadas para la coloración. Un papel análogo es el que desempeñan otras sustancias, debidamente acidas o básicas, como el yogurt, los cristales de limón, la sal o las cenizas de la madera, que, añadidas a los baños colorantes, modifican las reacciones químicas del proceso e coloración influyendo en la tonalidad del color tomada por el hilado. También limpiamos pieles, sofás y edredones.